Cuesta, cuesta seguir adelante, cruzar caminos, abrir puertas y cerrar otras. Y me alegro de haber encontrado esa llave que habría la puerta en la que estabas tú. ¿Sabes? Las apariencias engañan chulo de playa:) Fíjate que si cambian que te adoro, que te quiero, que te amo, y sí quizás sean palabras que se hayan hecho comunes por rutina pero lo siento de verdad y ya me da igual ocho que ochenta mientras te tenga por un segundo a mi lado. Quien lo iba a decir, yo enamorada de ti, es de locos pero sí, y eso te asusta, porque piensas que te voy a comer pero solo a besos:) Te tienes el cielo ganado, que te doy mil gracias por haberme hecho tan feliz y tan triste en la vida. Gracias por darme asco a mí misma de pensar que me iba a volver loca de tanto quererte, gracias por odiarte y a los dos segundos estar con ganas de que vengas a darme el abrazo más fuerte del mundo. Son tantas tonterías que me llenan de ilusión aunque sean mentira, pero sabes que me gustan. Algunas veces dan ganas de tirar la toalla y rendirme, pero no esta vez no, voy a seguir jodiéndote hasta que consiga lo que quiera. Que llegará un día en el que me mirarás y no me recordarás o simplemente no querrás acordarte, pero solo quiero que pienses en como comenzó esta historia... Rafa Mora, ahí lo dejo jajajajajaja. Quizás no llegues a leer esto nunca, pero sé que si lo lees se te quedará la cara de agilipollao tonto que me encanta y que quiero que sepas que nada ni nadie y menos tú me va a poder impedir el quererte cada día más y más...
Porque me he dado cuenta que no vale la pena darle importancia a las cosas que no la tienen. La vida es ahora, no ayer ni mañana. Nos creemos muy sabios, pensamos que todo lo sabemos. Pero aun nos quedan muchos errores por cometer, demasiadas lecciones por aprender. Tropezaremos hasta que nos sangren las heridas, pero luego todas terminan por cicatrizar. El tiempo es una tirita que junta los pedacitos que quedan de aquello que has sido, y que quizá nunca volverás a ser. Crecemos. Maduramos. Solo que no siempre al ritmo necesario. ¿Qué sabremos nosotros de la vida? Cada problema, cada obstáculo parece un mundo que nos impide tener lo que esperamos, hacer lo que queremos. Aunque si algo he aprendido, por poquito que sea, es que hundirse realmente no sirve de nada. Las cicatrices no son malas, nos recuerdan las equivocaciones que hemos tenido, las lágrimas malgastadas. Pero también que aquello por lo que luchamos fue real, que las metas no siempre se consiguen pero son necesarias para poder guardar un poquito de ilusión debajo de la almohada. Yo estoy lleno de pequeñas cicatrices. Y la verdad esque estoy orgulloso de todas y cada una de ellas!
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